¿Cómo se debe atar un caballo?
Los caballos deben atarse a dos vientos, es decir, con dos
cadenas o cuerdas a ambos lados de la cabezada. De esta manera se evitaran
fuertes golpes con la pared o incluso con otro caballo atado al lado.
Generalmente esto no se hace así por disponer de una única anilla para cada
animal, por lo que deberemos realizar un nudo de seguridad para evitar que el
caballo se quede colgado si intentara soltarse violentamente. En ambos casos la
argolla no deberá estar por debajo de la altura del hocico para dificultar que
el caballo pudiese quedar enganchado.
Jamás debe atarse un caballo a una ventana o elemento
similar que pudiera desprenderse si el animal tirase violentamente, pudiendo
causar graves lesiones.
Por otro lado, también es un error muy grave atarlo de la
cabezada de montar porque podría producir importantes daños en la boca.
¿Cómo pasear un caballo?
La forma correcta y más segura es la siguiente: nos situamos
a su izquierda, con la mano izquierda llevamos el final del ramal, y la derecha
la llevamos a unos 20 cm del enganche, utilizando nuestro codo derecho para
impedir que se nos acerque demasiado y para girar al caballo si éste intentase
escaparse corriendo.
Cuando montamos sobre un caballo, generalmente éste acepta
nuestra posición de superioridad, pero cuando lo guiamos a pie, la cosa no es
tan evidente.
Cuando llevemos a un caballo andando no se debe permitir que
su cabeza rebase nuestro hombro. Para lograrlo, suele bastar un firme tirón del
ronzal.
5. Métodos de conducción y contención
Para conducir a los caballos existen varios métodos:
— Cabezada de cuadra. Es la más utilizada, estando
especialmente indicada para caballos dóciles.
— Cabezada de cuadra con cadena. Existen varias
posibilidades que se aprecian en las imágenes.
— Chifney. Muy habitual para presentar caballos.
— Serreta. Muy frecuente en doma vaquera. Si bien, es
demasiado agresiva incluso cuando permanece puesta sin que tiremos del ronzal,
provocando en muchos casos resabios.
— Cabezada Dually de adiestramiento (Monty Robbers). Aunque
muy similar a la de cuadra permite mayor control y se aprieta cuando el animal
tira.
— Jáquima. Cabezada típica de Argentina, de cuerda más fina,
con nudos que ejercen presión en puntos sensibles.
— Cabezada de campo regulable. Especialmente indicada para
excursiones por su reducido tamaño; se aprieta cuando el animal tira.
Aunque determinados métodos de contención son algo bruscos,
a veces, son necesarios para manipulaciones breves. Los más comunes son:
— Puro o torcedor. Suele doblegar a los animales rápidamente
por el gran dolor que causa. Puede provocar resabios.
— Acial. Muy similar al puro, pero no necesita que lo
estemos sujetando cuando está puesto. Puede provocar resabios.
— Ronzalejo. Método menos utilizado, si bien, más adecuado
porque no provoca dolor constante. La cadena colocada sobre la encía, (no en la
boca), no causa ningún tipo de dolor si no se tira de la cuerda.
— Cabezada de cuadra con cadena. Pasando la misma por el
interior de la boca.
— Sujeción de oreja. Se retuerce la oreja con el peligro de
dañar el cartílago y que ésta quede caída para siempre.
— Sedación. Método más efectivo e indoloro, indicado para
sujeciones largas que sólo debe realizar el veterinario. — Ronzalejo. Método
menos utilizado, si bien, más adecuado porque no provoca dolor constante. La
cadena colocada sobre la encía, (no en la boca), no causa ningún tipo de dolor
si no se tira de la cuerda.
— Cabezada de cuadra con cadena. Pasando la misma por el
interior de la boca.
— Sujeción de oreja. Se retuerce la oreja con el peligro de
dañar el cartílago y que ésta quede caída para siempre.
— Sedación. Método más efectivo e indoloro, indicado para
sujeciones largas que sólo debe realizar el veterinario.
Fuente: Manejo y cuidado del caballo
Pablo León Rafael
Edita:
Servicio de Formación Agraria e Iniciativas.
Junta de Castilla y León
Dirección de la Colección:
Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola INEA
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