La grandeza de una nación y su progreso moral pueden medirse
por el trato que reciben sus animales
Gandhi
Bienestar animal: concepto y valoración
Pilar Recuerda Serrano
La historia de la especie humana ha estado estrechamente
ligada a su relación con otros animales, que se ha ido plasmando en un uso cada
vez más diversificado de éstos. El interés en el bienestar de estas otras especies
apareció como una preocupación por los animales de granja en países europeos y
en 1965 el Gobierno Británico constituyó el Comité Brambell que revisó el
bienestar animal en sistemas de cría intensiva y estableció unos estándares
mínimos. En los últimos 20 años ha habido una gran cantidad de publicaciones
que ha dado lugar a enormes cambios en la forma de tratar a otros animales.
Con frecuencia y erróneamente se ha asociado el bienestar
animal al concepto de salud física, y teniendo en cuenta que la ausencia de
salud física y mental tiene que ver directamente con el sufrimiento, se ha considerado
el bienestar como sinónimo de éste. Sin embargo bienestar animal es un concepto
bastante ambiguo y difícil de definir, por lo que el enfoque que expondré se
centrará más que en una definición concreta, en una serie de aspectos como son:
que el animal debe encontrase en armonía con el medio, que debe gozar de salud
física y mental y que se deben cubrir sus necesidades específicas.
Los seres vivos estamos construidos según las demandas de nuestro
entorno, es decir estamos adaptados a nuestro medio. Vivimos en ambientes cambiantes
y predecibles y a lo largo de la vida cualquier animal se encuentra con
condiciones adversas que debe evitar a fin de mantener la homeostasis. Si esto
no se consigue se produce una reducción real o potencial de la eficacia
biológica del animal, en cuya situación éste sufrirá o se reducirá su
bienestar.
Cuando los animales viven en una u otra forma de cautividad
se encuentran en ambientes altamente estructurados y predecibles cuya
posibilidad de control es mínima, siendo ésta la principal diferencia entre
ambientes cautivos y silvestres. La capacidad de control y de predicción está
claramente asociada al condicionamiento instrumental y clásico respectivamente
y la importancia de éstas como forma de hacer frente a los estímulos aversivos,
juega un papel importante en las teorías actuales sobre estrés y bienestar
animal.
En 1993, el Consejo Británico para el bienestar de animales
de granja (FAWC) decidió reconsiderar los estándares mínimos conocidos como las
“cinco libertades” ya que se referían demasiado a requerimientos espaciales.
Asumieron que las necesidades de los animales quedarían cubiertas si se cumple:
1) que estén libres de sed, hambre y malnutrición; 2) que estén libres de
incomodidad; 3) que estén libres de dolor, heridas y enfermedad; 4) que sean
libres para expresar su comportamiento normal y
5) que no sufran miedo ni angustia.
Pero estos aspectos no nos dicen nada sobre el hecho de que
un animal pueda o no sufrir, ni en qué grado, por la falta de alguno de ellos.
El motivo es que la mayor parte de ellos hacen referencia a “necesidades
últimas” en el sentido de que si no se cubren podría peligrar la reproducción y
supervivencia del animal. Pero también debemos tener en cuenta las necesidades
próximas” que serían aquellas cuya falta no haría peligrar la reproducción y
supervivencia pero provocaría sufrimiento. Esto determina que aunque las
necesidades fisiológicas de un animal estén cubiertas, el bienestar puede no
ser aceptable si no se cubren también las denominadas necesidades etológicas.
Por último debemos hacer referencia a la salud física y
mental de los animales. Ante la pregunta de si el sufrimiento es un atributo
único del hombre existen cada vez más evidencias de que no, si bien los humanos
y otros animales pueden hacerlo de formas distintas. Por otra parte cuando
hablamos de salud debemos considerar no sólo la condición física del animal
sino también su estado mental ya que animales físicamente saludables pueden
sufrir mentalmente. Esto además entra de lleno en la investigación que involucra
el concepto de cognición animal con los de autoconocimiento y conciencia de sí
mismo.
El bienestar no es una variable que podamos cuantificar por
lo que debemos determinarlo teniendo en cuenta distintos aspectos y problemas
relacionados con él. Pero además a la hora de valorarlo el principal problema
que tiene la mayor parte de los indicadores es la “calibración”, es decir,
¿cuánto de un cambio indica una disminución del bienestar? Por ello, se deben
usar tantas fuentes como sea posible, individualmente o de forma combinada, y
las principales son:
1) Productividad. Es un indicador poco fiable tanto de salud
física como mental, particularmente cuando se aplica, como suele suceder, a los
animales en conjunto y no a nivel individual. A veces puede ser útil en
combinación con otros.
2) Salud. La salud física es un criterio muy valioso para
determinar el bienestar, ya que las
enfermedades y heridas son las principales causas de sufrimiento. Pero si bien
la ausencia de enfermedad es una parte necesaria del bienestar, no es
indicadora del mismo. Por otra parte, la aceptación de que los animales son
capaces de experimentar estados mentales está dando lugar a un amplio campo de
investigación relacionado con la salud mental. De cualquier forma hasta el
momento las relaciones entre salud y bienestar siguen derivándose de parámetros
clínicos indicativos de salud física.
Fuente: Bienestar Animal: experimentación, producción,
compañía y zoológicos
Universidad B Córdoba
Departamento de Zoología Servicio de Animales de
Experimentación