Gatos
COMPORTAMIENTO
Intentemos comprender la forma de “pensar” de un gato. Son
animales de pequeño tamaño, extremadamente hábiles e inteligentes, que aunque
sean predadores (son grandes cazadores), también son muy vulnerables y presa
fácil de cualquier animal de mayor tamaño.
Esta última afirmación nos ayuda a comprender mejor la
actitud tímida y huidiza, que adoptan la mayoría de los gatos ante cualquier
situación nueva que les produzca miedo.
Por lo tanto, también es fácil comprender, que si nuestra
manera de educarle es gritarle, ir corriendo hacia él asustándole, o incluso
intentando pegarle, poco vamos a conseguir, excepto que nos coja un miedo atroz
y se esconda en cuanto nos vea aparecer.
Para educar a un perro hay que ser estricto y demostrar
cierto comportamiento “autoritario” para que comprendan que somos el jefe de la
manada. Los gatos NO tienen manadas, sino compañeros de territorio, y una vez
que son adultos intentan evitar a sus congéneres, excepto en la época de cría.
Si tu gato sale corriendo a saludarte o viene en cuanto le
llamas, una de dos, o tenía realmente muchas ganas de verte, o no tenía nada
mejor que hacer. Cuando hacen algo es porque quieren hacerlo, aunque al igual
que a un perro, podemos enseñarles a hacer muchas cosas condicionando su
comportamiento.
¿Cómo podemos conseguir que nuestro gato nos “adore” y
busque nuestra compañía si parece que no nos necesita? Simplemente al vivir con
nosotros ya les estamos obligando a aceptar que somos los que les damos cobijo,
llenamos los comederos, limpiamos las bandejas, les acariciamos y sobre todo
JUGAMOS con ellos.
El truco fundamental para tener un gato de esos que todo el
mundo dice “que gato más majo, parece un perrito”, consiste simplemente en que
aprenda a confiar en nosotros, porque sabe que no le vamos a hacer daño.
Conseguido esto, el gato aceptará nuestras caricias; sin embargo, hay gatos que
no aguantan mucho rato y enseguida nos lo demuestran dándonos un mordisquito o
simplemente alejándose de nuestro lado.
No nos lo tomemos a mal, es la forma que tienen de decirnos:
“ya vale, déjame un poco tranquilo”.
Podemos enseñarle a un gato a que cada vez le guste más
estar a nuestro lado e incluso nos pida caricias. Para conseguir esto, debemos
actuar de distinta manera dependiendo de si es un gato pequeño o adulto. A los
pequeños tendremos que “obligarles” a aceptarnos ya que no deben salirse
siempre con la suya.
Aunque protesten podemos intentar con suavidad y siendo más
cabezotas que ellos, que acepten que les toquemos las patitas, les miremos las
orejas, los ojos, la boca, en una palabra, que se dejen
manejar por nosotros sin ningún problema.
Con un gato adulto necesitaremos paciencia si no tolera
nuestra compañía, ya que para dejarse querer, antes tendremos que habernos ganado
totalmente su confianza.
Para regañar a nuestro gato cuando haga alguna trastada (que
sin duda hará), lo mejor es un castigo indirecto, como por ejemplo dispararle
con una pistola de agua cuando le pillemos in fraganti, o provocar un ruido
desagradable (ellos lo odian). Se trata de que no relacione el castigo con
nosotros, por lo tanto debemos intentar evitar que nos vean, que parezca que no
tenemos nada que ver. Un buen ejemplo: una gatita se subió solamente una vez a
la encimera de la cocina, porque en el segundo intento, su dueña estaba
preparada con una lata llena de monedas que dejó caer al suelo en el momento en
que la gata se subió. El susto que se llevó hizo que no lo intentara nunca más
y tampoco relacionó el ruido, y por lo tanto el susto, con su dueña.
Por supuesto también funciona, el repetir cien veces que no
haga una cosa, hasta que al fin acepte, que somos más cabezotas que él y
ganemos nosotros esa batalla.
Esto son simplemente ejemplos de cómo conseguir evitar que
nuestro gato haga determinadas cosas. Se trata de ponerse todos de acuerdo en
casa, mantenerse firme, no dejarse convencer y demostrarle que, no por la
fuerza, sino por tozudez, siempre nos saldremos con la nuestra.
Fuente: © Funcat. Texto: Patricia Alfaro Calleja.
Veterinaria. Diseño: Gema Gonzalo Hernández
El contenido de este folleto ha sido cecido a ANAA por
Funcat
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido, déjanos tu comentario