Cuidado con el gato
EL JUEGO
Sí, los gatos juegan y mucho. De hecho su vida perfecta
sería dormir, jugar y comer.
Habitualmente recluimos a nuestros gatos en un territorio
reducido como suelen ser nuestros apartamentos y les impedimos el acceso a todas
esas aventuras (y peligros) que suponen el mundo exterior.
No obstante, es cierto que no necesitan salir para ser
felices. De hecho vivirán más años y con mejor calidad de vida si no salen
fuera de nuestra casa, siempre y cuando nosotros pongamos algo de nuestra parte
para hacerles la vida más entretenida. Si no, un gato de piso se ABURRE.
Pensemos en la vida de un gato al aire libre. De esta manera
nos será más fácil comprender las necesidades de nuestro gato en el
“territorio” que hemos dispuesto para él.
Los gatos dedican gran parte de su tiempo a buscar presas y
cazarlas para obtener alimento.
Esto supone para ellos no sólo un esfuerzo físico, sino
también psíquico. El problema desaparece al convivir con nosotros, ya que nos
preocupamos de que no les falte comida y ¡tampoco vamos a soltar una lagartija
en mitad del salón, para que la cace alegremente!
Entonces, ¿qué hace el animal con todo ese tiempo del que
dispone? Es evidente que si no se le ofrece nada interesante, se pasará gran
parte del día durmiendo y nos despertará por las noches para jugar o se
convertirá en un gato gordo y sedentario.
De nosotros depende el que tenga juguetes a su alcance, para
entretenerse cuando esté solo. Que pueda tener, por ejemplo, acceso a una gran
ventana para poder estar horas mirando el exterior y por supuesto, que
dediquemos, aunque sean 10- 15 minutos un par de veces al día, a jugar
activamente con él.
Cuando el gato maulla, no siempre es para pedirnos comida,
muchas veces sólo demandan nuestra atención. En vez de llenarles el comedero
cada vez que se ponen pesados, ¿por qué no probamos a jugar un poco más con
ellos?
La mejor manera de que aprendan a no arañarnos mientras
juegan, es no dejar que lo hagan con nuestras manos. Es mejor utilizar juguetes
tipo caña de pescar, con un cordón al que podemos atar cualquier cosa, y hacer
que el gato lo busque, lo persiga y lo cace. Muchos gatos aprenden a traernos
sus “presas” como los perros, en cuanto deducen que somos nosotros los que
hacemos que esos juguetes se muevan.
Con imaginación podemos crear muchos y variados juguetes,
que los mantendrán entretenidos (bolsas de papel, cajas de cartón, pelotitas…).
Existen muchos juguetes para gatos en el mercado y generalmente los más
sencillos son los que más les gustan. Es importante proporcionarle variedades y
novedades para mantener su interés.
Fuente: ANAA Asociación de Amigos de los Animales
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